miércoles, 22 de octubre de 2014

La lengua circular

Es irónico que una persona que se lleva quince horas diarias tras unos sucios y siempre reflectantes cristales sea capaz de valorar todo lo que una mirada puede llegar a transmitir, pero considero que este lenguaje "mágico" es parte de todos y cada uno de nosotros.
¿Quién no ha dejado de hacer una travesura tras un leve fruncido de cejas paternal? O ¿Cuantas  veces has mirado a tu mejor amigo para transmitirle alguna información que tan solo él podría entender?
Hay miradas que matan, o eso dicen, si eso es cierto podría decirse que nos encontramos ante un escritor "zombie", escritor atento a todas las percepciones visuales de su alrededor gracias a la ayuda de una montura y un par de cristales.
Sin duda, aparte de transmitir enfado, tristeza, disciplina... Las miradas son capaces de hacerte sentir feliz, en un apogeo personal indescriptible. Cuando cito esta sensación me refiero a esas miradas hacia la persona que quieres, como no acompañada de su correspondiente sonrisa y giro de cabeza propio de cualquier Romeo o cualquier Julieta.
Hoy, me gustaría brindar por las miradas, esos pequeños gestos con los que sin darnos cuenta creamos un clima de amor, odio, felicidad... Gestos que nos hacen darnos cuenta de los pequeños detalles, detalles que hacen la magia de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario