domingo, 26 de octubre de 2014

Lleno de vacíos

Siempre he escuchado decir a familiares, amigos y conocidos en un intento de auxilio ante una mala situación amorosa: '' Niño, tú no te preocupes, lo mejor es tener un amor en cada puerto''. ¿Qué idea más loca esa no?
Imagina que eso fuera cierto, que en cada lugar de este maravilloso mundo tuvieras a alguien esperando que tu barco llegue a tierra,  alguien que durante diez minutos de una hora no tuviera nada mejor que hacer que pensar en ti,como estás...
Soñar e imaginar es gratis, puedes hacerlo al día cuantas veces quieras que nadie te lo podrá impedir, el problema llega cuando nuestros sueños se cumplen, o cuando se convierten en pesadillas. 
Ante esta reflexión sobre los puertos y los amores, siempre he pensado en lo difícil que sería estar lleno de vacíos, cuando hablo de vacíos me refiero a lo largo que se hace un día sin ver a tu único amor, varios sin hablar con este o tan solo verlo y que ni se de cuenta o por lo menos no muestre interés de tu existencia. 
Si todo esto ocurre con uno, ¿qué podría pasar con cientos? sería imposible e inhumano llevarlo.
Partiendo de la base de el amor, está bien dicho que el primer amor verdadero duele, si aparte del dolor que ya provoca estar enamorado y sumándole todo lo anterior, me gustaría invitaros a reflexionar sobre lo que tenéis.
Tanto sobre lo que tenéis como la forma en que lo tratáis, porque nunca se sabe cuando será el último día, cuando pasarás de tener un solo espacio en tu cabeza dedicado a esa persona a tener un inmenso vacío el cual tiene su depósito reservado para esta. Y lo peor no es que exista dicho vacío, lo peor es que lo tenga ella, y sinceramente, entonces, es cuando estás perdido. El amor es una planta muy sensible, la cual tienes que regar día a día si quieres obtener algún fruto de ella.

miércoles, 22 de octubre de 2014

La lengua circular

Es irónico que una persona que se lleva quince horas diarias tras unos sucios y siempre reflectantes cristales sea capaz de valorar todo lo que una mirada puede llegar a transmitir, pero considero que este lenguaje "mágico" es parte de todos y cada uno de nosotros.
¿Quién no ha dejado de hacer una travesura tras un leve fruncido de cejas paternal? O ¿Cuantas  veces has mirado a tu mejor amigo para transmitirle alguna información que tan solo él podría entender?
Hay miradas que matan, o eso dicen, si eso es cierto podría decirse que nos encontramos ante un escritor "zombie", escritor atento a todas las percepciones visuales de su alrededor gracias a la ayuda de una montura y un par de cristales.
Sin duda, aparte de transmitir enfado, tristeza, disciplina... Las miradas son capaces de hacerte sentir feliz, en un apogeo personal indescriptible. Cuando cito esta sensación me refiero a esas miradas hacia la persona que quieres, como no acompañada de su correspondiente sonrisa y giro de cabeza propio de cualquier Romeo o cualquier Julieta.
Hoy, me gustaría brindar por las miradas, esos pequeños gestos con los que sin darnos cuenta creamos un clima de amor, odio, felicidad... Gestos que nos hacen darnos cuenta de los pequeños detalles, detalles que hacen la magia de la vida.

martes, 21 de octubre de 2014

Primero mi ombligo

Hoy es un día de esos en los que no paro de pensar en la absurda y poco solidaria sociedad en la que vivimos, un día en el que cualquier tontería se convierte en el conflicto más grande que te puedes topar.
 A lo largo de la historia han existido personas capaces de ignorar la falta de educación y de comprensión que domina entre todos los individuos con los que te encuentras diariamente.
Sinceramente, admiro que esas personas hayan sido lo suficientemente pacientes para tratar a dichos individuos a la vez que predicaban la paz y tranquilidad con la armonía propia de cada uno de ellos.
Pero me supera la sensación de impotencia que siento continuamente, esa sensación de querer que los demás vean las cosas como yo y rendirme al darme cuenta de que para cada uno lo prioritario es su satisfacción personal.
En relación con este tema me gustaría citar una frase del padre Arrupe : "hombres para los hombres". Y sobre esta frase preguntar:¿ De qué sirve servir al prójimo si este no valora el bien que haces por él? La respuesta teórica es muy sencilla, en cuestión cuando haces una buena obra, no es para recibir nada a cambio, pero: ¿sí tu hijo te quita dos euros del monedero, debes reñirle o premiarlo?
Con esto quiero decir que la sociedad en la que nos encontramos está degenerada por ese motivo, porque nos encontramos ante seres humanos acostumbrados a tener lo que quieren cuando quieren, a hacer lo que les plazca sin pensar en sus consecuencias, ante seres humanos que poco a poco van perdiendo ese carácter de "humano".
Puede que la simple opinión de un adolescente de dieciocho años no tenga mucha relevancia en la sociedad, que quien esté leyendo esto lo olvide a los diez minutos, pero yo hoy me duermo decepcionado, decepcionado e impotente ante una verdadera crisis que no sale en ninguna red social y a la que no se le busca una solución global.

lunes, 20 de octubre de 2014

Viciado a los vicios

Un poco de placer hacia una actividad unido a la competitividad característica de servidor, es la mezcla capaz de provocar que mueva cielo y tierra para realizar dicha actividad perfectamente.
¿Quién  no ha volcado horas en aquel pequeño aparato de colores con el que jugaba a los Pokemon? ¿Y aquella época en la que los tazos cromos y derivados eran la moneda de cambio capaz de financiarte incluso el desayuno?
Con el tiempo fui creciendo, sustituyendo esos vicios por otros propios de la edad, ese apogeo mítico del chat BlackBerry, horas y horas volcadas en un diminuto aparato que atraía más mi atención que cualquier otra cosa... Horas que también le dediqué a vicios eternos:  fútbol, playstation, ordenadores...
A medida que se acercaba mi adolescencia, descubrí probablemente el peor vicio existente para el hombre : la mujer. Aquel ser al cual había tratado como un enemigo durante tantos años poco a poco fue convirtiéndose en algo tan atractivo como difícil para mí. Algo capaz de jugar con mis sentimientos tal y como una ruleta lo hace con la adrenalina del más grande jugador. A dieciocho años y trece días del día de mi nacimiento, he descubierto y sufrido tantos vicios como viciosos hay en el mundo, de los cuales me arrepiento de algunos y agradezco otros.
Si tuviera que citar alguno de los que estoy agradecido, no faltaría el cigarrito de después de almorzar, una rubia fresquita  para empezar el finde semana y sin duda el mejor y mayor vicio que espero no me abandone nunca: las ganas de superarme día a día.