martes, 19 de febrero de 2019

Entre el cielo y el infierno pero con alas

La noria es dubitativa, cuando estás a ras de suelo te sientes seguro sin miedo alguno; esperas cualquier tipo de cambio que te saque de la zona de confort que tan religiosamente creas aferrada a dicha tranquilidad. Pero, cuando subes cambia mucho la cosa; cambia hasta tal punto que dicha zona que a la vez que calma te aporta disconformidad se vuelve bastante confortable a la par que necesaria. Yo hace tiempo que pasé por ello, me cansé del ras del suelo y como un valiente soldado en mitad de la guerra fría me impulsé a lo más alto, pero lo hice con tal fuerza que se me olvidó que todo lo que sube baja [sin rima pervertida, aunque venga al caso]. Inocente decisión por mi parte que bien me fue satisfactoria a corto plazo, se volvió demencial a largo.
Como sabemos de toda caída ( de la cual viene su correspondiente golpe) se aprende, ya sea una moraleja ya sea a aterrizar ; Y bendito planeo, que a la vez que en su momento sirvió para subir como si de un ave se tratara, en otro sirvió de tope para que la caída no doliera tanto.
El primer paso para cambiar una situación es creertelo, pero cree cosas que realmente consideres afínes a ti, cree por ti ; ya que al creer que algo puede ser bueno para los demás, te excluyes a ti que realmente después serás quien al igual que despegar, deberá  aterrizar.